Levantándose en silencio cruzó el salón. Unas cuantas personas lo vieron, otras ni se enteraron. A ella le pareció raro. Notó algo siniestro, imperceptible, sutil y fugaz en él. Como la sensación de un sueño sin un significado aparente.
Con ese cosquilleo detrás de sus orejas lo vió cruzar el salón hacia la salida. A través del ojo de buey de la puerta pudo ver su perfil mientras la cerraba.
Ese fue la última imagen que tuvo de él. Nunca más lo volvió a ver.
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Estimado amigo:
ResponderEliminarUn breve relato inquietante y reflexivo.
Feliz semana.
Un abrazo.
A veces no somos ni siquiera una imagen a los ojos del otro.
ResponderEliminarCorto pero con mucha fuerza.
Me gustó
Apreciado amigo:
ResponderEliminarMi eterno agradecimiento por tus palabras de apoyo por el fallecimiento de mi madre.
Un fuerte abrazo.
Detras de esa imagen siniestra, que habra pensado?
ResponderEliminarDejas la incognita.
Un placer leerte. Saludos.
El nombre de este blog me recordó al cuento de Cortazar (Satarsa) y luego veo que el otro se titula The Submarine RAT (y mi mente se sumergió en una completa asociación libre).
ResponderEliminarLeí estas lineas con la música que suena de tu otro blog, y me emocionó muchisimo.
Como dicen arriba, leerte es un placer. Voy a "seguirte", porque realmente quiero leer más de vos.
Saludos